El misógino

Odiaba a las mujeres desde que tenía recuerdos. La primera mujer a la que quiso asesinar fue su madre. Una noche entró en su habitación sin que ella lo advirtiera y vio al marido machucándola, moviéndose de arriba abajo con una fuerza que parecía ira o dolor, que parecía hambre, pero que no era ninguna de ambas. O era las tres juntas. Y la madre asentía y disfrutaba. Sin embargo, él no se había atrevido nunca.
Todo eso se agolpó en su mente el instante previo de volver al cuarto en que su mujer desnuda le arrancaba la camisa y le mordía los pezones porque sabía cuánto lo encendía aquello. Así que -tal como ella lo deseaba- apretó su cintura lanzándola a la cama. Ahí tendida, lo miró con un brillo que parecía de miedo, que era de lujuria. Él se quitó los pantalones, empuñó su espada y con un movimiento rabioso la hundió al filo de las ingles de ella. La partió en dos. Y mientras la hería salvaje y repetidamente se sentía poderoso, sabiendo que la dejaría desfallecida, que la asesinaría en pequeñas muertes.
Al fin lo hice, pensó él.
4 comentarios:
mmm que salvaje.....
saludos de aletas jiji
Entonces... seremos todos asesinos y con constantes ganas de matar??
Empuñar la pasion como una espada...
Ufff.
Si, yo he matado y muerto en ese campo de batalla.
"misogino"... ¿por que ese titulo?
Un abrazo, y un beso para el armamento!
Alex esto me sono como una sonata de la clase de Alberto (you know) o es acaso un reflejo de tu inconciente poeta?
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